La biodiversidad es un elemento fundamental en el desarrollo de un turismo sustentable

La biodiversidad es un elemento fundamental en el desarrollo de un turismo sustentable de nuestra región. La crítica hacia el extractivismo ha generado la necesidad de proteger los recursos naturales que permiten la preservación de nuestro territorio.

Las comunidades costeras de nuestra región han explotado una de las más ricas extensiones de océano del mundo. Flujos marinos subantárticos, que acceden a la región a través de la corriente de Humboldt, emergen de las profundidades del mar lanzando a la superficie aguas extremadamente frías, pero pródigas en nutrientes. Su transformación mediante fotosíntesis en fitoplancton y zooplancton, eslabones fundamentales de la vida marina, posibilita la existencia de una fauna extraordinariamente abundante y variada, que integra la más alta biomasa documentada para cualquier corriente en el hemisferio occidental. Incluye peces, cetáceos, lobos de mar y otros mamíferos marinos, así como una gran variedad de mariscos, aves acuáticas y algas marinas. Una riqueza que se contrapone al paisaje yermo del continente.

Divididos en especies pelágicas, es decir, que pueden vivir a la deriva, y bentónicas; fauna que yace en las zonas, principalmente rocosas, de la orilla; la biodiversidad entrega grandes atractivos a los visitantes que desean conocer las riquezas de nuestro litoral. La ictiofauna del norte de Chile es diversa, al igual que los especímenes que son protagonistas de la rica gastronomía local.

Las instalaciones industriales, como la industria pesquera, ya paralizada, además de centros de generación de energía termoeléctrica, o puertos subsidiarios de la gran minería del cobre, han ocasionado grandes impactos a nuestra costa, ya sea vertiendo productos tóxicos, o emanando gases que han acrecentado los efectos de la polución a nivel global, y que desembocaron en la declaración de algunos puntos del litoral como zonas saturadas de contaminación.

Hoy en día, el eco turismo abre una nueva fase para las comunidades, las que, desde un punto de vista que aspira a la remediación ambiental, han propiciado la creación de actividades sustentables, a partir del deleite de la apreciación de la naturaleza costera, esperando entregar un desarrollo económico a las comunidades, que, hoy en día, son verdaderas zonas de sacrificio.