Siempre es un anhelo de conocer este emblemático lugar, teniendo presente que en la actualidad es Patrimonio de la Humanidad. Ahora bien, la disyuntiva es cómo realizar el viaje desde Chile y no morir en el intento.

En esta oportunidad, la aventura comienza desde Arica en un recorrido por bus hasta nuestra primera parada como es Arequipa, donde nos alojamos en una pequeña residencial cerca del Centro Histórico, aprovechando de recorrer el lugar, y darnos cuenta que pese a los años, la hermosura de mantiene y desde ahí darnos cuenta que nos esperaba era realmente como nos habían dicho es decir único.

Al siguiente día continuamos con la aventura subiendo a otro bus, hacia la localidad de Cusco, pero fue en ese camino, sintiendo que volante iba el protagonista de rápido y furioso, entre curva y curva solo sentía que en cualquier momento vomitaba e intentando de dormir, pero se hizo imposible debido a los ruidos de los animales que había entre ellos pollos y gallinas.

Finalmente llegamos a la localidad de Cusco capital del imperio Inca, se notaba de inmediato al llegar por su por sus restos arqueológicos y la arquitectura colonial española. En ese momento, tomamos la decisión con mi compañera, debido a que no contábamos con mucho dinero, irnos directo a nuestro destino.

Fue así como seguimos rumbo, pero en esta oportunidad en un pequeño furgón o como dicen los peruanos en una combi que luego de una hora y media aproximadamente llegamos Ollantaytambo; un pequeño pueblo rodeado de montañas, comimos unos panes y jugos que por cierto siempre es importante tener en caso que no encuentres donde almorzar. Compramos los pasajes de trenes de Perurail , la cual, cuenta con todas las comodidades a bordo y con una decoración de coches inspirada en la cultura incaica, según su misma cadena y fue por fin donde llegamos a Agua Caliente.

Al momento de bajarnos del tren, estábamos literalmente en una feria llena de souvenir de Machupichu, mantas, etc. Para luego darnos cuenta que sin duda el viaje hasta ahí había valido la pena. Un pueblo inmerso dentro de la naturaleza, lleno de turistas de todos partes del mundo, donde todos expresaban sus experiencias con lo que nosotros al siguiente íbamos ver al siguiente día.

Aunque muchos turistas prefieren ir en bus, existen algunos que prefieren realizar la experiencia de caminar desde Aguas Caliente hasta Machupichu y fue lo ultimo lo que decidimos realizar ascender dos horas, hasta por fin llegar a  la sagrada ciudadela inca construida alrededor de 1450 y descubierta en 1911, esconde aún enigmas y misterios sobre su real propósito continuando ocultos hasta el día de hoy

Debido a su estratégica ubicación en la cima de una alta montaña, existen diversas teorías sobre lo que pudo significar para los incas.

Según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo sostienen que fue construido como un gran mausoleo para el inca Pachacútec, mientras que otras afirman que fue un importante centro administrativo y agrícola cuyas zonas de cultivo sirvieron para el sustento de sus habitantes. Sin embargo, también se considera que fue utilizado como un necesario nexo entre los Andes y la Amazonía peruana o como una residencia de descanso para el gobernador inca.

Es de esta manera que todo el viaje valió la pena y entender que Machu Picchu conforma uno de los más grandes símbolos detrás de lo que fue la impresionante arquitectura e ingeniería del Imperio Inca. Si bien su origen aún es objeto de estudio, el valor y trascendencia que representó en su época, así como su imponente diseño, le han valido para ser considerada una de las siete maravillas del mundo moderno.